domingo, 2 de mayo de 2010

Felipe I (1506-1516)

Felipe I de Habsburgo el Hermoso (Brujas, Flandes, 22 de julio de 1478 – Burgos, España; 25 de septiembre de 1506). Duque de Borgoña, Brabante, Limburgo y Luxemburgo, Conde de Flandes, Habsburgo, Henao, Holanda, Zelanda, Tirol y Artois, y señor de Amberes y Malinas, entre otras ciudades (1482–1506), y rey de Castilla y de León (1506) por su matrimonio con Juana, hija y heredera de los Reyes Católicos.

Fue quien introdujo la casa de los Habsburgo en territorios de la actual España. El apelativo el hermoso, se lo dio el rey Luis XII de Francia. En 1501, Felipe y Juana viajaban hacía Castilla para ser coronados y se detuvieron en Blois. Allí el rey los recibió, al verle exclamó: «He aquí un hermoso príncipe».

Era hijo de Maximiliano I, Sacro Emperador Romano y de María de Borgoña. Su padre pactó su matrimonio con Juana I de Castilla, la hija de los Reyes Católicos, en el marco de la Liga Santa que unió a la monarquía castellano-aragonesa con el Imperio, Inglaterra, Nápoles, la república de Génova y el ducado de Milán contra las pretensiones hegemónicas de Francia en Italia (1495).

VIDA

En los Países Bajos (Bélgica y Holanda) fue un administrador competente y un soberano popular y amado, que supo conjugar los intereses de sus diversos territorios y demostró especial talento para plantear reformas y para dar tranquilidad y paz después de muchos años de convulsiones políticas.

Muertos los infantes Juan (1497) e Isabel (1498), así como el hijo de ésta última, el infante Miguel (1500), su esposa se convierte en heredera de Castilla y Aragón.

Muerta la reina Isabel I (26 de noviembre de 1504), se planteó el problema de la sucesión en Castilla. Su padre, Fernando, proclamó a Juana Reina de Castilla y tomó las riendas de la gobernación del reino acogiéndose a la última voluntad de la reina Isabel.

Pero el marido de Juana, el archiduque Felipe, no estaba dispuesto a renunciar al poder y en la concordia de Salamanca (1505) se acordó el gobierno conjunto de Felipe, Fernando el Católico y la propia Juana. La situación cambió con la llegada del matrimonio a la península pues se manifestaron las malas relaciones entre el yerno (apoyado por la nobleza castellana) y el suegro, de modo que, por la concordia de Villafáfila (1506), Fernando se retiró a Aragón y Felipe fue proclamado rey de Castilla en las Cortes de Valladolid con el nombre de Felipe I.

Entretanto, Juana supuestamente enloqueció, según algunos por los celos que le producían las infidelidades de su marido, hacia el que sentía un amor tan apasionado como poco correspondido. Aunque las Cortes reunidas en Valladolid se negaron a declarar la incapacidad de la reina Juana, Felipe «el Hermoso» ejerció el poder efectivo sin contar con ella. Tradicionalmente se le ha censurado por el favoritismo que demostró a sus coterráneos flamencos, así como por haber repartido dádivas y prebendas entre los nobles castellanos para buscar su apoyo; pero es posible que eso haya respondido a una estrategia dirigida a afianzar el poder real y a poner coto a la injerencia de su suegro en los asuntos castellanos. La figura que alcanzó mayor preeminencia en su breve etapa de gobierno (aunque no hasta el punto de poder considerársele un valido) fue un oscuro noble, el señor de Belmonte, de nombre Juan Manuel.

Su muerte, acaecida en la burgalesa Casa del Cordón, fue tan súbita que corrió el rumor de que su suegro lo había envenenado. Según parece se encontraba Felipe en Burgos jugando a pelota cuando, tras el juego, sudando todavía, bebió abundante agua fría, por lo cual cayó enfermo con alta fiebre y murió unos días después.[1] Sin embargo, los investigadores más recientes y autorizados atribuyen su muerte a la peste.[cita requerida] Como quiera que fuese, la muerte del monarca aumentó la supuesta locura de la Reina Juana.

A su muerte, el cardenal Cisneros asumió su primera regencia del Reino de Castilla, esperando la llegada del rey Fernando. Su primogénito, Carlos, se encontraría con una herencia grandiosa: los reinos de sus cuatro abuelos, que lo convertirían en uno de los más importantes monarcas que han existido.

DESCENDIENTES:

Del matrimonio con Juana nacieron 6 hijos:

- Leonor (Lovaina, 24 de noviembre de 1498 – Talavera, 18 de febrero de 1558). Archiduquesa de Austria. Casada con el rey Manuel I de Portugal.
- Carlos (Gante, 24 de febrero de 1500 – Cuacos de Yuste, 21 de septiembre de 1558). Rey de España (1516–1556) y de Nápoles (1516–1554), bajo el nombre de Carlos I; y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (1519–1558), bajo el nombre de Carlos V.
- Isabel (Bruselas, 18 de julio de 1501 – Zwijnaarde, Gante, 19 de enero de 1526). Archiduquesa de Austria. Casada con el rey Cristián II de Dinamarca.
- Fernando (Alcalá de Henares, 10 de marzo de 1503 – Viena, 27 de julio de 1564). Archiduque de Austria, Rey de Bohemia (1526–1564), de Hungría (1526–1538, 1540–1564) y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (1558–1564)
- María (Bruselas, 15 de septiembre de 1505 – Cigales, 18 de octubre de 1558). Archiduquesa de Austria. Casada con Luis II Jagellón, Rey de Hungría, Bohemia y Croacia.
- Catalina (Torquemada, 4 de enero de 1507 – Lisboa, 12 de enero de 1578). Archiduquesa de Austria. Casada con el rey Juan III de Portugal.

TÍTULOS

Titular Duque de Borgoña
Duque de Brabante
Duque de Limburgo
Duque de Lotaringia
Duque de Luxemburgo
Marqués de Namur
Conde Palatino de Borgoña
Conde de Artois
Conde de Charolais
Conde de Flandes
Conde de Henao
Conde de Holanda
Conde de Zelanda
Duque de Güeldres
Conde de Zutphen
Rey de Castilla

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